Lo personal es político. Historia de los baños separados por sexo

Actualmente se encuentran debate la existencia de baños mixtos o unisex y siempre ante una modificación importante, vale la pena acudir a la historia.

La historia de los baños públicos separados por sexo comienza en el siglo XVIII:  los baños no eran públicos en el sentido en el que hoy lo entendemos, porque las nociones de publicidad e intimidad son construcciones sociales relativamente recientes. En el medioevo las personas realizaban sus necesidades físicas a la vista de todos. Recién con en la época victoriana aparecieron los baños cerrados. En un primer momento, esos baños eran destinados sólo a varones. Como la estructura de la plomería y el alcantarillado no permitieron la instalación de sanitarios en el interior de las edificaciones hasta aproximadamente 1850 y por lo tanto se utilizaron hasta ese momento los “armarios de agua” con espacio para un solo usuario, tomó mucho tiempo que las mujeres comenzaran a utilizar los baños, lo cual equivalía a orinar en público: cualquiera que viera entrar a una mujer en un baño era capaz de imaginar lo que ella estaba haciendo allí. Aún ese espacio privado, era público: humillante, indecente e inseguro. Por ello, se esperaba que, por recato, las mujeres contuvieran lo más posible su necesidad de utilizarlos.

La ideología victoriana y burguesa de la separación de esferas (la esfera pública para los hombres y para las mujeres, la privada) respondía a la necesidad de protección de la virtud de las mujeres. Recordemos que, en aquella época, las mujeres no podían estar solas en compañía de un hombre sin comprometer su “virtud”, la cual suponía la pérdida de valor de la mujer considerada como objeto de intercambio.

Cabe recordar, sin embargo, que estas distinciones aplican primordialmente a las mujeres de la clase burguesa. Las mujeres proletarias siempre estuvieron incluidas en el mundo laboral, aunque como mano de obra barata. Ellas debían contentarse con la utilización de los baños en aquel momento “masculinos”, con todas las dificultades de seguridad e higiénicas que ello acarreaba. En las fábricas los baños eran sólo para varones. Durante las guerras mundiales, la incorporación de las mujeres en las fábricas fue masiva para suplir la mano de obra masculina. Sin embargo, la provisión de instalaciones adecuadas para mujeres, como lavabos, vestuarios e inodoros, fue considerada como una inversión demasiado grande para algunos empleadores. Por lo tanto, aún a principios del siglo XIX, la falta de instalaciones sanitarias adecuadas para mujeres fue utilizada como excusa para no contratarlas laboralmente.

La ideología de la separación de esferas por sexo tiene un significado aleccionador para las mujeres, demostrando en la práctica la limitación su derecho  a utilizar el espacio público, cuya máxima expresión son las violaciones. Los condenados por la brutal violación y asesinato de una estudiante de medicina en un autobús en Nueva Dheli afirmó que una mujer «decente» no debería andar por la calle «a las 9 de la noche» y que una chica es «mucho más responsable» de una violación que un hombre. También afirmó que «Las tareas del hogar son para las chicas, no andar por boliches y bares a la noche, haciendo cosas malas, usando la ropa equivocada». La ideología de separación de esferas entre lo público y lo privado según el género sigue vigente.

Cuando las mujeres de clases altas comenzaron a utilizar el espacio público a salir a hacer compras y disfrutar de los paseos público y los escaparates y, posteriormente, cuando las mujeres de clase media se fueron incorporando masivamente al mundo del trabajo, comenzaron a aparecer los baños separados por sexo. La creación de baños exclusivos para mujeres es una conquista novedosa: los primeros sanitarios separados por sexo se establecieron en París en el siglo XVIII y las leyes que en EEUU exigía la instalación de baños separados comenzaron recién a fines de la década de 1800, siendo la primera regulación que exigía instalaciones sanitarias separadas para hombres y mujeres se aprobó en Massachusetts en 1887. Incluso la creación del papel higiénico (más imprescindible para las mujeres que para los varones) es una conquista relativamente reciente: en una exhibición en el Museo de Londres, se exhibe un rollo de papel higiénico con la imagen de una mujer sentada con un traje victoriano y la leyenda «¿Sentarse cómodamente? Gracias al coraje y la tenacidad de las mujeres pioneras en la ley, ahora todas podemos.»

Sin embargo, la creación de baños de mujeres siguió y sigue reproduciendo la desigualdad bajo una pretendida igualdad: la existencia de la misma cantidad de de baños para varones y mujeres, pasando por alto que los varones tardan menos tiempo en satisfacer sus necesidades biológicas. Las mujeres no sólo tardamos más tiempo por la incomodidad que supone conseguir las condiciones necesarias para el uso de baños públicos, sino además porque compartimos  los baños con niños y niñas. Las mujeres necesitamos despojarnos de más cantidad de ropa para realizar la micción y quedamos más expuestas, además de que somos más propensas a sufrir de infecciones. Las mujeres, por razones fisiológicas y culturales (el riesgo de ser agredidas sexualmente) no podemos orinar en la calle o los callejones como lo hacen los hombres. Cuando estamos menstruando o embarazadas, la incomodidad y dificultad se incrementa. Por todas estas razones, las filas para ingresar a los baños de mujeres siempre son más extensas que las de los varones, en consecuencia, quedamos más expuestas a retener la orina por más tiempo, lo cual tiene efectos en nuestra salud. Todos estos problemas reflejan el androcentrismo que se evidencia no sólo en el diseño de los baños, sino además en la creación de nuevos productos que pretenden solucionar estos problemas propios de las mujeres haciendo que puedan orinar de pie, como los varones. 

Esta discriminación velada persiste hasta nuestros días: en 2012 las mujeres se manifestaron en India en el Día Internacional de la Mujer tomando los baños públicos de los hombres en la ciudad de Nagpur, en protesta por el número inadecuado de baños para mujeres. En 2017, activistas chinas ocuparon baños de “caballeros” a modo de protesta por la insuficiencia de instalaciones para ellas y fueron acusadas de generar inestabilidad social. El tema ha cobrado tal importancia que fue creada la World Toilet Organization y se declaró el 19 de noviembre como el «Día mundial del baño», para denunciar las inequidades en el acceso a sanitarios adecuados. En Argentina 1.200.000 personas no tienen baño, ni letrina, ni pozo; hacen sus necesidades en un tarro, balde o inclusive al aire libre. La falta de sanitarios adecuados afecta a 2.500 millones de personas a nivel global, en su mayoría mujeres y niñas. En países como India, Ghana y Kenia, las niñas incluso llegan a abandonar la escuela a causa de la menstruación, por la falta de baños en condiciones higiénicas adecuadas.

Durante mucho tiempo se reclamó y se sigue reclamando que haya más baños para mujeres que para varones y que tengan, inclusive, dimensiones mayores. Estos reclamos son menos conocidos y publicitados, sin embargo, que los intentos de imponer baños mixtos o unisex. Esto refleja claramente las jerarquías de importancia social de las problemáticas y las diferencias de poder entre los sexos. Actualmente en algunos países existen incluso vagones específicos para mujeres, los cuales responden en efecto a preservar a las mujeres de los acosos y abusos sufridos en los trenes mixtos. Cuánto más deberían serlo espacios mucho más íntimos y expuestos como los cambiadores y baños. Estas situaciones se derivan, en efecto, de la consideración de los varones como sujetos con deseos sexuales irrefrenables y las prácticas derivadas de esta concepción, entre ellas la legitimación social de las violaciones y la prostitución. La existencia de baños separados, entonces, no responde a un mero prejuicio derivado de la moral victoriana, sino a la peligrosidad efectiva de la cohabitación de espacios públicos con varones, los cuales constituyen la mayoría casi absoluta de los perpetradores de las diferentes formas de violencia sexual. Por esta razón las mujeres van juntas al baño, no solamente para tener conversaciones privadas, como afirma el sentido común, sino para estar más seguras en esos espacios.

 

Quienes bregan por la existencia de baños de género neutral intentan proteger la seguridad de las personas travestis y trans. Eso constituye una falacia, ya que en los baños mixtos no sólo las mujeres y niños/as, sino que también las personas travestis y trans, sufren más oportunidades de ser víctimas de violencia por parte de varones en espacios privados, dado que ellos son los principales violentadores de mujeres, niños, niñas, personas trans, travestis, etc. El proyecto también obliga a la exposición de las mujeres y niñas a la visualización de los genitales masculinos cuando existen mingitorios. Todo esto sin tener en cuenta las restricciones específicas que imponen a las mujeres determinadas religiones.

Cabe insistir: no se está afirmando que las personas trans o travestis constituyan un riesgo, sino que los baños sin restricción de género ponen en peligro inclusive a todas esas personas y a niños y niñas, porque cualquier varón (recordemos: los casi exclusivos perpetradores de violencia física y sexual) pueden acceder a esos baños (y, por lo tanto a quienes los utilizan) amparados por la ley. Los baños unisex dan lugar al acceso de varones depredadores sexuales que buscan espuriamente acosar, abusar, espiar, tomar fotografías o exhibirse a personas que acceden al baño, obviamente, rara vez a otros varones. En Corea, el «Molka», la instalación de cámaras espías en los baños cuyas imágenes de viralizan en sitios de pronografía,  es una epidemia. En 2018, miles de mujeres protestaron en Seul con sloganes como «mi vida no es tu porno» o «no soy tu porno coreano» ¿Cuánto más expuestas estaríamos las mujeres a estas situaciones en sanitarios mixtos? 

Según The independent, las estadísticas de Libertad de Información del Sunday Times revelan que la gran mayoría de las agresiones sexuales reportadas en piscinas públicas en UK se producen en vestuarios unisex. Casi el  90% de situaciones de acosos, violencia sexual y voyerismo ocurren en instalaciones unisex. Si los hombres sólo necesitan decir que se autoperciben mujeres para tener acceso libre e incuestionable a los espacios reservados para niñas, niños, mujeres, travestis y trans, entonces se volverá incluso ilegal cuestionar la presencia de cualquier persona masculina en dichos espacios o exigir que se vayan. 

Algunas personas militantes de los baños “sin género”, aluden como excusa a la comparación de la separación racial de espacios en EEUU. Sin embargo, la diferencia principal y pasada por alto es que la raza de las personas no es y nunca fue considerada un mero sentir o parecer de las personas. Si los varones comportan un riesgo, es injusto que seamos las mujeres, niños, niñas, travestis, trans, etc. quienes debemos ceder intimidad para evitar la violencia. Es notable que ni siquiera se contemple la posibilidad de generar un tercer baño para travestis, trans, etc.,  de la misma manera en que empiezan a ser contemplados los baños específicos para las necesidades de niños, niñas y personas con capacidades diferentes.

Los sanitarios no tienen género, es verdad, lo tienen las personas. Aunque breguemos por la igualdad, varones y mujeres somos diferentes, no sólo simbólica, social y culturalmente, sino además, aunque queramos negarlo, físicamente. Los baños específicos para mujeres han sido un logro producto de una lucha histórica aún hoy no zanjada. No es casual, sino una clara manifestación del sistema patriarcal que las necesidades sanitarias todavía insatisfechas de las mujeres alrededor del mundo tengan menos publicidad e importancia que las problemáticas derivadas de las nuevas “identidades de género”, y que ante esas problemáticas se avance sobre los espacios de las mujeres antes que sobre los privilegios de los varones.

Los sanitarios no tienen género, pero los hombres violan. 
Fuentes:

https://www.livescience.com/54692-why-bathrooms-are-gender-segregated.html

https://www.museumoflondon.org.uk/discover/womens-right-work-toilet-bathroom-victorian-london-wwi-factory-protest

https://www.fucsia.co/edicion-impresa/articulo/banos-para-mujeres-igualdad-de-genero/67037

https://www.eldiario.es/sociedad/infancia-familia-construye-silencio-sexuales_0_846216174.html

https://blogs.wsj.com/chinarealtime/2012/02/21/mens-bathroom-occupied-in-protest-over-china-toilet-iniquity/

https://www.independent.co.uk/life-style/women/sexual-assault-unisex-changing-rooms-sunday-times-women-risk-a8519086.html

 

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑